El celular de Pinochet
MUCHOS CONSIDERAN QUE si bien al general Pinochet se le pasó la mano en
materias represivas, dejó en Chile las bases en la que se sustenta hoy una
economía estable, pujante y a sólo unos pasos de poner al país en los
modernos y consumistas predios del primer mundo.
Lamentablemente, de la participación del señalado militar en la historia
nuestra es mucho más oscura de lo que importantes sectores creen.
Primeramente al retirado general no se le pasó la mano en cuanto al respeto
de los derechos de sus contrarios. Sus miles de muertos no fueron producto
de un descuido sino que de una política de Estado muy bien pensada,
diseñada, asesorada, constante y brutal.
Ahora, en cuanto al asunto que más le interesa a la gente, el económico, -ya
que hablar de derechos humanos en el Chile de hoy significa haberse quedado
en el pasado, ser aburrido y sufrir de un resentimiento congénito- los
diecisiete años de régimen militar fueron muy bondadosos, pero para quienes
se enriquecieron, para los que robaron a manos llenas, para quienes lograron
levantar su pequeño o gran imperio económico.
Decía hace unos años un periódico chileno que nuestro país es el sexto
exportador mundial de oro. Sin embargo, el mismo diario mostraba un recuadro
con la identificación de las minas de oro en cuestión. Eran unas veinticinco
minas a lo largo del largo Chile. De éstas sólo dos eran chilenas, el resto
todas extranjeras, la mayoría de Estados Unidos. Ah, las dos chilenas no
eran del Estado de Chile, sino que de capitales privados. Entonces, dígame
usted ¿es realmente Chile el sexto exportador mundial de oro? El titular de
aquel periódico debió haber dicho "23 minas extranjeras de oro, más dos
chilenas, conforman el sexto exportador mundial del preciado metal".
La verdad es que hay chilenos que se sienten orgullosos de estas
estadísticas de exportación, aunque a él, Juan Pérez, que está cesante y a
ella Anita González, que trabaja por un sueldo miserable, no los haya tocado
ni siquiera una rayito de las doradas exportaciones. Y así es todo -en
materia de exportaciones- en este país.
No es el Estado quien exporta, no es Chile quien exporta, son extranjeros y
chilenos que atienden a sus negocios privados quienes exportan. Como dijo
Felipe González, el ex-presidente español, en una visita a nuestro país
"Chile ha tenido éxitos económicos, pero entiéndanse como éxitos económicos
neoliberales".
Es cierto que el territorio nacional ha sido plagado de centros comerciales
que nada tienen que envidiarle a los de los países desarrollados, centros
comerciales que ya no saben que ofrecer, pues cada vez venden más cosas de
las cuales uno pudiera prescindir. ¿Podrá imaginar un cubano, en medio del
bloqueo, que en cualquiera de los portentosos supermercados chilenos es
posible comprar esquinitas adhesivas para poner las fotos en el álbum,
alarmas musicales para el automóvil, anteojos en forma de estrella o de
corazón, betún aromático para los zapatos o papel sanitario -para niños- con
espantados de héroes de historietas?
Sin embargo, todos los días en Chile más de un niño no va a la escuela
porque el padre no ha pagado la mensualidad. Todos los días en Chile se
hacen campañas que llaman a la caridad popular con tal de reunir el dinero
necesario para operar de urgencia a alguien que se muere. Todos los días en
Chile, miles de niños piden monedas en las calles. Todos los días en Chile
miles de infantes venden su sexo para evitar una zurra en la casa. Todos los
días en Chile aumenta el número de niños que abandona el hogar y prefiere
vivir bajo un puente que bajo el abuso de sus padres. Todos los días en
Chile, millones de seres humanos padecen la incertidumbre de la
inestabilidad laboral y de la desprotección del Estado. Todos los días el
grueso de la población laboral chilena se lamenta de trabajar demasiado y
por poco dinero. Todos los días aumenta el número de drogadictos y
alcohólicos. Santiago de Chile es la capital de mundo con más estresados y
enfermos mentales.
Pero las bases económicas que dejó la dictadura de Pinochet permiten a la
hija de Juan Pérez o al joven hijo de Juanita González, disponer de un
celular; por lo tanto, no se preocupen, estamos a pasos de ser un país
desarrollado.
Fuente:
Patricio Riveros Olavarría
http://www.granvalparaiso.cl/politicos/pinochet/4.htm